Esto era un chaval que trabajaba de aprendiz con un sastre. En el mostrador donde cobraban había una especie de hucha cerrada con un candado y que tenía en la parte superior una ranura por la que se metía el dinero. Un día el patrón vio al chaval jugando con una moneda alrededor de la ranura, y de repente… zas! la moneda se cayó en la hucha y el chaval se cabreó, echando pestes por la boca… entonces el patrón le dijo:
- Pero hombre... ¿qué hacías con el dinero ahí alrededor de la ranura?, ¿no veías que se iba a caer?
- Ay! patrón, tanto escuchar que el dinero llama al dinero, que quise probar si era verdad, y ahora ya sé que sí, el dinero llama al dinero, pero el mucho al poco.
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