domingo, 8 de agosto de 2010

Tras la confesión llega el perdón (si no, se inventa la excusa)

- Padre me confieso que el otro día me acosté con una jovencita de 18 años.
- Bueno hijo, tampoco es para tanto. Ya lo dicen las Escrituras: 'Hay que enseñar al que no sabe'.
- Sí padre, pero después encontré una señora de 65, que estaba de muy buen ver, y no me negué a su proposición.
- Jesucristo dijo: 'Dad de comer al hambriento'.
- Ya padre, pero lo más grave es que ayer vi a un moro agachado, con el culito todo redondito, y no me pude reprimir.
- ¡Vaya hijo! Eso ya es más complicado... ¿Pero sabes qué te digo? ¡Al que no crea en Dios que le den por culo!!!

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