Entra una rubia de infarto en un casino. Se acerca a la mesa de los dados y agarra los dados para jugar. Pero antes de tirar los dados le dice al crupier y a los otros que están jugando "¿Les importa que me quite la ropa antes de tirar los dados? Es que me da suerte", a lo cual ninguno de los presentes pone objeción alguna.
La rubia impresionante se queda completamente desnuda y lanza los dados, tras lo cual comienza a dar saltos de alegría gritando "¡He ganado! ¡He ganado!" mientras recoge las ganancias y la ropa y se va.
Uno de los jugadores, pasado un momento, le pregunta al crupier:
-¿Qué número ha sacado?
-Ni idea
Moraleja: no todas las rubias son tontas, pero todos los hombres son hombres.
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