Se encuentran dos abogados en la entrada de un fastuoso hotel y se dan cuenta de que cada uno está con la mujer del otro.
Pasada la incomodidad inicial, uno le dice al otro en tono algo solemne y con cuidada dignidad:
- Estimado colega, vista la situación, creo que lo correcto y justo sería que mi mujer viniera conmigo a mi coche y que su mujer se fuera con usted al suyo.
A lo que el otro le respondió con igual solemnidad:
- Coincido en líneas generales con su planteamiento, querido colega. Quizás eso sería lo correcto, pero no estoy seguro que sea lo justo: ¡porque ustedes están saliendo del hotel y nosotros estamos entrando!
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